Las dificultades de aprendizaje son la alteración
más frecuente en la etapa escolar, y entre
ellas se han venido considerando principalmente
las dificultades de la lectura, de la escritura,
y de la numeración y el cálculo. Pero
es en la etapa infantil cuando se produce el despertar
de la inteligencia y cuando se han de lograr una
gran cantidad de aprendizajes que constituirán
la base sobre la que se podrán conseguir,
entre otros, el aprendizaje del lenguaje escrito
y de las matemáticas. Sin embargo, en los
primeros años, hay niños y niñas
que sufren algún retraso evolutivo, que aun
no siendo muy significativo, puede indicar la presencia
de las dificultades que algunos de ellos tienen
para el aprendizaje temprano. Éstos presentan
cocientes de desarrollo y cocientes de inteligencia
que se sitúan dentro de la normalidad, aunque
se aprecian desviaciones discretas en procesos cognitivos
básicos y en el lenguaje.
Al referirnos a las dificultades
tempranas de aprendizaje (DTA) lo hacemos de manera
específica a aquellas que se dan en el periodo
comprendido entre el nacimiento y los 6 años.
Las DTA limitan las posibilidades de alcanzar los
conocimientos, las habilidades y las destrezas propias
de la etapa infantil. Se correlacionan con dificultades
ligadas a la cognición (atención,
percepción, memoria), a las habilidades lingüísticas
(comprensivas y expresivas) y al procesamiento visuoespacial
(fig. 1).
Figura 1. Principales procesos implicados en las
dificultades tempranas de aprendizaje (DTA).
En la primera infancia se producen grandes transformaciones
biológicas y neuroevolutivas; el crecimiento
físico vendrá acompañado de
una maduración y desarrollo de las estructuras
y de la fisiología del sistema nervioso central,
con una creciente engramación y especialización
de las funciones cerebrales. Estos aspectos intrínsecos
al niño junto con los estímulos y
las experiencias que le proporcionará el
entorno posibilitarán que pueda desarrollar:
- La recepción y procesamiento sensorial.
- El dominio de la motricidad voluntaria.
- El desarrollo cognitivo.
- La adquisición del lenguaje.
- El manejo de las habilidades sociales.
- La evolución afectiva y emocional.
Pero en la práctica educativa
se constata que no todos los alumnos logran la madurez
necesaria en el mismo momento. Algunos necesitan
más tiempo para completar el dominio de los
requisitos necesarios para acometer determinados
aprendizajes, como leer, escribir y operar con números.
Otros pueden presentar DTA en el proceso de enseñanza,
teniendo un desempeño pobre en las habilidades
académicas. La identificación de las
DTA se realizará mediante la observación
de la conducta del niño y la constatación
del dominio que tiene de los niveles del desarrollo
deseables para su edad.
Para el diagnóstico de las
DTA, además de las valoraciones psicopedagógicas,
se realizará una valoración neuroevolutiva,
se utilizarán escalas de desarrollo y se
aplicarán pruebas psicométricas (tabla
1), con lo que se obtendrá una conclusión
diagnóstica para poder orientar y llevar
a cabo el abordaje terapéutico. No se han
de considerar como DTA los trastornos inherentes
a síndromes, déficit intelectual,
discapacidades, trastornos del desarrollo, etc.,
que ocasionen un compromiso significativo del proceso
evolutivo. En estos casos se seguirá una
intervención especializada en los Centros
de Desarrollo Infantil y Atención Temprana
(CDIAT)
La intervención sobre las
DTA se llevará a cabo incidiendo fundamentalmente
en los ámbitos médico, social, educativo
y familiar. Los programas de intervención
sobre las DTA han de tener como prioridad la prevención;
actuar precozmente sobre estas dificultades va a
ser una medida muy eficaz para reducir sus efectos,
en un periodo especialmente crítico para
el desarrollo del sistema cognitivo. De este modo,
se procurará que estas dificultades no lleguen
a tener más entidad y sean más resistentes
a las acciones terapéuticas.
Los niños y las niñas
con DTA (fig. 2) necesitarán ya en edades
tempranas de unos recursos y unas estrategias de
trabajo específicas que les permitan cursar
la etapa infantil en las mejores condiciones posible.
En la Atención Temprana de las DTA se seguirán
metodologías activas, lúdicas, funcionales
y significativas.
Figura 2. Diferentes situaciones
en el proceso evolutivo infantil desde el nacimiento
hasta los 6 años. Ante las necesidades individuales
habrá que contar además con los servicios
sanitarios, sociales o de apoyo escolar.
Aun no siendo un periodo obligatorio
de la escolaridad, la Educación Infantil
se está universalizando progresivamente.
Ante esta nueva situación es necesario considerar
las DTA y dotar al sistema educativo de los recursos
necesarios para prevenirlas y abordarlas satisfactoriamente.
En este sentido, hay que señalar que una
de las principales aportaciones de la Atención
Temprana a las dificultades de aprendizaje es la
de considerar éstas desde la perspectiva
del desarrollo. Esta visión permite identificarlas
ya en las primeras etapas evolutivas y actuar sobre
ellas de manera interdisciplinar, en un momento
idóneo para intentar reorganizar las funciones
deficitarias.
Mediante la Atención Temprana
de las DTA ayudamos a los niños y niñas
a construir circuitos neuronales y a mejorar sus
capacidades, en una fase del desarrollo en la que
la neuroplasticidad se ha de aprovechar al máximo.
Reeducar algo que no fue bien aprendido en su momento
resulta más complicado y costoso, por lo
que las acciones educativas y pedagógicas
llevadas a cabo tempranamente resultan trascendentales
para el desarrollo de todo el potencial de aprendizaje
que los niños y niñas tienen.
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