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Rochellys Diaz Heijtz, Karolisnka Institutet, Astrid Lindgren Children´s Hospital, Neuropediatric Unit, Q2:07, S-171 76 Stockholm


Los grandes avances en el  cuidado prenatal han resultado en un claro incremento de la supervivencia de los niños nacidos prematuros y de muy bajo peso. Sin embargo, estos niños continúan teniendo riesgos para desarrollar diversas complicaciones, no solamente durante el período perinatal y postnatal, pero también a largo plazo en la edad escolar. La mayoría de los niños supervivientes sin secuelas graves (p. ej. parálisis cerebral, retardo mental, déficits sensoriales) presentan otros problemas más sutiles, incluyendo deficiencias de aprendizaje, problemas de comportamiento y funciones ejecutivas  pobres [1,2].
Los problemas de conducta en niños nacidos prematuros se manifiestan en una prevalencia aumentada de TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y problemas de comportamiento  internalizantes (p ej.  comportamiento retraído) entre otros. Todas las evidencias sugieren que estos problemas emergen por una deficiencia en las  funciones ejecutivas (p. ej. la memoria de trabajo, el control motor, la atención y la inhibición de la respuesta) [3].
El mecanismo por el cual las adversidades prenatales afectan el desarrollo del cerebro no está completamente comprendido. Varios estudios en animales y humanos sugieren que la deficiencia de la enzima 11ß-HSD2 (11ß-hidroxiesteroide-deshidrogenasa tipo 2), altamente expresada en la placenta, es unos de los mecanismos involucrados [4]. Durante condiciones fisiológicas normales esta enzima actúa como una barrera protectora para las hormonas glucocorticoideas, inactivando rápidamente los glucocorticoides a su forma inerte (11-keto). En la placenta de los bebés prematuros se ha encontrado una disminución en la actividad de la enzima 11ß-HSD2, sugiriendo que el feto es expuesto a niveles altos de las hormonas glucocorticoideas en nacimientos prematuros. También, se han encontrado que individuos homocigotos para mutaciones en el gen del 11ß-HSD2  tienen un peso muy bajo. Un reciente estudio ha encontrado que niños de madres expuesta a “glicirrina” (un constituyente natural del regaliz que inhibe la enzima 11ß-HSD2) durante el embarazo, demuestran un aumento de problemas cognitivos (p. ej. inatención) y de conducta (p. ej. agresión) [5].
Actualmente, los glucocorticoides sintéticos (como betametasona y dexametasona) son usados extensamente durante el embarazo para prevenir el síndrome de distrés respiratorio en bebés prematuros [6]. Los beneficios en el desarrollo pulmonar son indiscutibles. Sin embargo, existe una preocupación del uso prenatal de dosis repetida(s) de glucocorticoides. Esto es debido a que el cerebro del feto expresa el receptor de los glucocorticoides (GR) y por lo tanto los glucocorticoides sintéticos pueden afectar el desarrollo del cerebro y contribuir a los problemas de conducta observados en  niños nacidos prematuros.
Esta presentación pretende realizar una puesta al día de las últimas investigaciones en cuanto a la influencia prenatal de glucocorticoides sintéticos en el desarrollo cognitivo y motor en niños. En adición, se presentarán resultados experimentales de los efectos de la administración antenatal de glucocorticoides en el desarrollo cognitivo y afectivo en un modelo de primates [7].

Bibliografía

    1.     Aarnoudse-Moens CS, Weisglas-Kuperus N, van Goudoever JB, Oosterlaan J: Meta-analysis of neurobehavioral outcomes in very preterm and/or very low birth weight children. Pediatrics 2009, 124: 717-728.
    2.     de Kieviet JF, Piek JP, Aarnoudse-Moens CS, Oosterlaan J: Motor development in very preterm and very low-birth-weight children from birth to adolescence: a meta-analysis. JAMA 2009, 302: 2235-2242.
    3.     Aarnoudse-Moens CS, Smidts DP, Oosterlaan J, Duivenvoorden HJ, Weisglas-Kuperus N: Executive function in very preterm children at early school age. J Abnorm Child Psychol 2009, 37: 981-993.
    4.     Seckl JR, Holmes MC: Mechanisms of disease: glucocorticoids, their placental metabolism and fetal 'programming' of adult pathophysiology. Nat Clin Pract Endocrinol Metab 2007, 3: 479-488.
    5.     Raikkonen K, Pesonen AK, Heinonen K, Lahti J, Komsi N, Eriksson JG et al.: Maternal licorice consumption and detrimental cognitive and psychiatric outcomes in children. Am J Epidemiol 2009, 170: 1137-1146.
    6.     Newnham JP, Jobe AH: Should we be prescribing repeated courses of antenatal corticosteroids? Semin Fetal Neonatal Med 2009, 14: 157-163.
    7.     Hauser J, Knapman A, Zurcher NR, Pilloud S, Maier C, Diaz-Heijtz R et al.: Effects of prenatal dexamethasone treatment on physical growth, pituitary-adrenal hormones, and performance of motor, motivational, and cognitive tasks in juvenile and adolescent common marmoset monkeys. Endocrinology 2008, 149: 6343-6355.


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