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EL JUEGO COMO FACILITADOR DEL APRENDIZAJE INFANTIL
Mª Gracia Millá Romero

RESUMEN


“Jugar es un derecho de la infancia y los adultos hemos de velar por su cumplimiento en todos y cada uno de los niños y niñas”
(Asamblea General de Naciones Unidas, 1959)

Los niños aprenden jugando, “tienen derecho al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales”.
(Convención de los Derechos del Niño, 1989)

El juego es una actividad natural de inicio en la primera infancia que se produce por:
- el impulso que tienen los niños hacia el movimiento y la exploración del entorno.
- la necesidad que tienen de contacto afectivo y social.
- la comprensión y uso del medio en el que viven.

El juego en la etapa infantil contribuye al desarrollo personal y social, facilita la adquisición de múltiples competencias que preparan a los niños y niñas para la vida. El juego permite a los pequeños la exploración libre del entorno. Es una actividad placentera que les facilita el uso de distintas habilidades y destrezas, que exige esfuerzo, que favorece la expresión de sentimientos y emociones, y que está directamente relacionado con su bienestar físico y emocional.

En la infancia, el juego es un factor esencial para el desarrollo, para la conceptualización de la realidad y la simbolización, la adquisición de destrezas, habilidades y competencias, la enculturación y la socialización. Por medio del juego se desarrollan competencias artísticas y creativas; y también la motricidad, el lenguaje, la cognición, la regulación afectiva y emocional, las actitudes y valores.

A través del juego el niño/a aprende que las cosas son y no son al mismo tiempo, de tal manera que la realidad y la ficción se entrecruzan configurando un mundo simbólico propio. La voluntad del niño y su imaginación hace que la realidad perceptiva pueda transformarse, de manera que una caja de cartón puede ser una cuna o una escoba puede llegar a ser un caballo. En la actividad lúdica confluyen la inteligencia y la emoción, el realismo y la fantasía, el saber y la intuición. La actividad mental cuando los niños juegan se sitúa por encima de la percepción de los sentidos y se guía por los intereses y motivaciones que éstos tienen, por aquello que les gusta e impulsa la actividad lúdica. Por ello, jugar es una excelente experiencia, una oportunidad que los padres han de aprovechar para favorecer el desarrollo y vivir experiencias de aprendizaje con sus hijos.

Además, mediante el juego, el niño construirá su autoconcepto, su autoimagen y su autoestima que formarán su propia identidad como persona y le proporcionarán cada vez más autonomía.

La actividad lúdica es universal, se da en todos los niños y niñas del mundo y es necesaria para un desarrollo armónico. Contiene elementos facilitadores del desarrollo como la percepción, el movimiento, el pensamiento, el lenguaje o la interacción con otros. Aporta información sobre el mundo circundante y ayuda al niño a conceptualizar y comprender la realidad en la que vive.
En la primera infancia, el juego es un elemento decisivo para el desarrollo evolutivo. El juego favorece la actividad perceptiva, proporciona sensaciones que son captadas por los receptores sensoriales: vista, oído, tacto, gusto, olfato, y con ello se potencia la actividad de las vías y de los centros del sistema nervioso. La activación de las redes neuronales y del cerebro mediante el juego en los primeros años de vida es insustituible.

El juego permite al niño alcanzar el pleno desarrollo físico, mental y emocional, siendo también una herramienta educativa y de interiorización de valores fundamental para las sucesivas etapas evolutivas de la infancia.

El juego evoluciona con la edad del niño al igual que evolucionan sus habilidades y competencias. El recién nacido tiene como objeto de juego su propio cuerpo. Pero progresivamente los bebés interaccionarán con la madre, el padre y demás personas que conviven con él (hermanos, abuelos, amigos, vecinos, otros niños). También interaccionará con los objetos cotidianos. De 2 a 3 años aparecerá la capacidad simbólica para jugar. De 3 a 6 años tendrán más importancia los juegos de movimiento. Y de 6 a 12 años el juego reglado.
En la etapa infantil el juego va tomando diferentes formas y expresiones, según son las posibilidades del niño y sus motivaciones. Se dan juegos sensoriomotores, simbólicos, juegos al aire libre o de competición, juegos de azar, juegos de fantasía o representación, juegos solitarios o de grupo, juegos competitivos o juegos cooperativos, de contacto físico, de manipulación, de construcción y representación, de simulación y sociodramáticos, juegos populares, juegos de calle.


Las madres y los padres tienen un especial protagonismo en la actividad lúdica de sus hijos e hijas pequeños. Los estrechos lazos que les vinculan se van estableciendo desde el nacimiento. El contacto de la piel, el cariño, el lenguaje, los cuidados de crianza, pero sobre todo, los juegos compartidos con nuestros hijos son fundamentales para que sigan un proceso evolutivo armónico. Debemos tener presente que los niños están en edad de jugar, y por consiguiente tenemos que proporcionarles los materiales y juguetes necesarios para ello; ofrecerles los espacios y las oportunidades para que jueguen y para que puedan interactuar consigo mismos, con los demás y con el entorno.

La afectividad en el hogar es un aspecto muy importante para la vida del niño y mediante el juego esta afectividad se refuerza. Los juguetes van a permitir afianzar los vínculos entre padres e hijos y entre hermanos. Ten presente que no por tener más juguetes el niño va a ser más feliz y se va entretener mejor. Un exceso de juguetes puede llevar al niño al aburrimiento y destruir su fantasía.
Jugar con un hijo/a es una experiencia que llena de satisfacción a los padres y madres, y que proporciona al niño/a unas experiencias inigualables para su desarrollo y para su felicidad. Jugar es disfrutar, aprender.


Referencias bibliográficas
Campo, A.J. y Ribera, C.(1989). El juego de los niños y el diagnóstico a la hora del juego. Barcelona: Paidós.
Costa, M. (Cood.). (2000. El juego y el Juguete en la hospitalización infantil. Valencia: Nau Llibres.
Costa, M. (2001). Materiales lúdicos y didácticos de Educación para la salud. En “Educación para la salud a través del juego y el juguete”. Valencia: AEFJ.
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Garon, D., Filion, R. y Doucet, M. (1996). El sistema ESAR, un método de análisis psicológico de los juguetes. Ibi (Alicante): AIJU.
Millá, M.G. y Mulas, F. (2005). Atención Temprana. Desarrollo Infantil, Diagnóstico, Trastornos e Intervención. Valencia: Promolibro.
Péres-López, J. y Brito de la Nuez, A. (2004). Manual de Atención Temprana. Madrid: Pirámide.
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VVAA. (2008). Juego, juguete y Atención Temprana. Ibi (Alicante): AIJU.


Páginas web de interés:
www.atenciontemprana.com
www.gat-atenciontemprana.org
www.guiadeljuguete.com
www.rpd.es
www.sis.net
www.sindromededown.net
www.once.es
www.ceapat.org

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